¿Por qué no dedicar este blog a comentar mis experiencias como padre primerizo, y compartirlas y enriquecerlas con las de todo aquel que como yo, anda más perdido en tamaño papel, que con los blogs... ??
Un buen resúmen de estos siete meses y medio sería que todo ha cambiado, todo absolutamente ha pasado a un segundo plano, por nuestro hijo... la verdad es que todo se veía distinto, incluso exagerado, cuando eran otros los que te contaban las batallitas de ser padre, pero caray!, lo que contaban se queda corto con la realidad.
Hablo en plural porque estoy casado desde hace 5 años y medio, y aunque este blog sea iniciativa personal mía, no puedo referirme a "mi hijo", quedaría raro, cojo...
Con el día a día se va pudiendo (quizá sea el propio día a día el que puede con nosotros...), pero cuándo veo esos ojos que lo miran todo con sorpresa la verdad es que me planteo muchas cosas, sobre todo mi orden de prioridades. Es curioso pero de repente casi nada gira alrededor mía, y estoy convencido de que eso es bueno y es lo que tiene que ser.
Quedar con amigos se resume en quedar con amigos en nuestra misma situación, ya que posiblemente sólo ellos nos pueden entender en este momento. Hacer planes se resume en hacer los planes que nuestro hijo necesita, y al necesitarlos él se convierten en nuestra máxima prioridad.
Este año coincide que hace justamente un año que nos cambiamos de casa, dejamos el centro de Madrid para trasladarnos a un maravilloso pueblo en las afueras... y es el primer año que montamos en casa nuestro Belén, que compramos en Murcia hace unos cuantos años. Nos ha hecho especial ilusión ir enseñándole a nuestro hijo todas las figuras, y explicarle lo que a nosotros nos han transmitido nuestros padres. Evidentemente no entiende nada, pero a nosotros el ser cristiano nos parece algo importante de transmitir desde el principio, y lo hacemos más por acostumbrarnos nosotros que por él mismo.
Bueno, es hora de cenar y descansar un poco...
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